Enorme y sin trabas
te nuestras frente a mí;
con tus oscuras alas
alzadas tras de ti.
Tu enorme sonrisa
de mi locura se escapa,
en cambio tus ojos
de lo más profundo se empapan.
A mi alma, acunas y agarras
para que no te tema en nada.
A veces eres como una araña,
en cambio otras muchas,
como una bendita muchacha.
En ocasiones tejes redes
que cambian la realidad,
otras eres fuente
de toda posibilidad.
Bendita Eris,
tú eres, la cara de la infinidad,
tu canto produce loca santidad.
|