Deberás de arrancarte la piel a tiras, desnudar a tu imaginación de sus coloridos vestidos y descarnar tus voraces deseos.
Lleva un regalo hermoso a la Reina de los Infiernos, un regalo de orgulloso amor, de hiriente deseo para calentar su gélido corazón.
Entrégate a ella de frente, como si dieras un eterno salto.
Cae al abismo como una liviana pluma.
Abrázala como si fuera una hermana desconocida y terrible.
Su abrazo de araña no te dará calidez, pero enterrará éxtasis en tu corazón.
Las finas redes tejidas por la Señora de los Abismos te cubrirán, ten cuidado de no dormirte o en el olvido de los muertos caerás.
Bésala, es la Santa Oscuridad. Como un cálido suspiro ábrete paso por sus escondrijos. El beso es el símbolo del pacto. Ella te dejará cruzar tus dominios.
Monta en su barco hecho de uñas y esperanza desperdiciada en el tiempo, de polvoriento olvido y de caídas sonrisas.
Visita las rocosas costas de almas naufragadas que se aferran unas a otras para crear continentes de oscura esperanza.
Desembarca en el muelle de un alma descarnada y visita los palacios de sombras, en ellos habitan las ideas de los muertos, como solitarias y vagabundas luciérnagas.
Explora la profundidad del pantano subterráneo, donde el tiempo se ve a sí mismo y se abraza con rencorosa vacilación.
Nada ni nadie te dañará si te haces con las compañías adecuadas:
Intérnate con tu cabeza en una mano. Te iluminará.
Baja con tu corazón descamado. Se te recompensará con nuevas formas.
Desciende con el consentimiento de las brujas. Te hablarán.
Aventúrate con el alma guarnecida de la carne de los dioses. Te guiarán.
El mejor de los artistas se perderá en las tenebrosas salas del inframundo.
El más sabio de los sacerdotes errará y perderá el corazón por los laberintos del Mundo de los Olvidados.
Al más bribón de los bufones se le apresará y se le encadenará al vil trono de la Reina de los Lamentos.
Solamente el Amante Delicado, como un niño asombrado y como un experto explorador, de la oscuridad saldrá crecido, como el inmenso árbol que en su corazón estará enraizado a partir de ahora. Deberá de andar por la cuerda floja, el equilibrio es su única esperanza. Cuando surja, será como la aurora, que se despega de la noche y nos trae una esperanzadora mañana.
Y recuerda, hermano, si te ves rodeado, encadenado o esclavizado: una explosiva risa acabará con los rugidos de las bestias de la Señora Oscura.
Que tu estrella te guié hacía lo que buscas, y hacía nada más, ya que con peso de más, solamente te hundirás, más y más… hasta caer en las garras de la fría lascivia.
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