Creación del círculo físico. Ninguna vela encendida. Altar medio preparado.Las siguientes frases se van diciendo una cada uno y colocando la vela sin encender en su puesto. Se comienza mirando siempre a Norte y llegando a cada punto en el sentido de las agujas del reloj, se coloca la vela, y se vuelve a la posición inicial cada vez.
¡Delante nuestra, la tierra estremecedora!
¡Detrás nuestra, las llamas renovadoras!
¡A nuestra derecha, los vientos aulladores!
¡A nuestra izquierda, el mar rugiente!
Lo siguiente lo dice el sacerdote con la daga en la mano, y los brazos extendidos, mientras que la sacerdotisa toca una campana. Ambos mirando hacia el altar. Se enciende la vela blanca.
¡Despierta!
¡Despertad!
La tormenta se está gestando.
Los tigres durmientes despiertan.
A continuación se enciende la vela del Norte, se dice la primera frase, comienza la sacerdotisa, y hace un pentáculo sobre la vela, el sacerdote la enciende con la vela blanca. Se sigue el mismo modelo que en las primeras llamadas.
Hija de las fértiles tierras, que este circulo conozca la fuerza de la vida.
Madre de vientos salvajes, que este circulo cree cambio.
Abuela de los fuegos eternos, que este circulo se trace con el poder de nuestra voluntad.
Señora de rugientes mares, que este circulo se sumerja en tu profundo amor.
La siguiente llamada la realizan los dos a la vez.
Vosotros espíritus de la tierra haceos fuertes,
puesto que ya es tiempo de hacer maravillas
Que el Caos surja entre nosotros
El poder se esta vertiendo de la copa,
y nuestras fuerzas están entremezcladas.
El momento brilla en medio de nuestro Templo.
Entonces ambos encienden las velas de las intersecciones.
Y encendemos perfumes para ti
Entonces ambos encienden las varillas de incienso
Bebemos para ti.
Entonces ambos llenan sus copas de vino. Y dicen a la vez:
Esta es nuestra canción de amor para ti:
Nosotros, que somos la sangre joven que refresca la tierra.
El aullido que el lobo lanza a la luna nueva.
Nosotros somos el espíritu de un nuevo tiempo que comienza,
de un nuevo amanecer que ya no hay quien detenga.
Somos el caos surgiendo con fuerza.
Una canción de honor gritada con fuerte voz.
Lo van diciendo de manera alternada, empezando por el sacerdote:
Tú, centro y secreto de la vida.
Tú, escondida fuente de todo lo conocido y lo desconocido de este mundo.
Tú que creas y proteges.
Tú que destruyes y devoras.
Tú que eres el espíritu anárquico de niños y payasos que ríen con alegría.
Tú que eres la sustancia que los artistas y sabios usan para hacer sus ritos.
Eres el punto dentro del círculo, al cual adoramos.
El punto de la vida, sin el cual no podríamos existir.
El vacío de la muerte, sin la que nada tendría sentido.
Lo que viene a continuación se dice a la vez:
Sin la oscuridad, no puede haber ninguna luz.
Sin la mentira, no puede haber ninguna verdad.
Sin la guerra, no puede haber victoria.
Sin la muerte, no puede haber sacrificio.
Sin la esperanza, no puede haber futuro.
Sin la lealtad, no puede haber devoción.
Sin la división, no existiríamos.
Eres caos de empiderma oscuridad, pero eres progenitora de soles y estrellas.
Eres caos nunca visto, pero anidas en la mirada de un niño.
Eres caos ciego, pero destruyes con la mirada.
Eres caos descarnado, pero tu cuerpo está esbozado en las estrellas.
Encienden las velas del altar a la vez, con la vela blanca. La vela escarlata la sacerdotisa, y la vela azul el sacerdote, y diceprimero la sacerdotisa la primera frase, y después el sacerdote:
¡O, llama escarlata, poder de la oscuridad!
Te alimentas con la muerte de los hombres.
¡O, llama celeste, tus labios son de hielo y tu lengua quema mi frente!
Raíz de todo lo que está por llegar.
Al unísono dicen:
Furia desenfrenada, libre por el mundo;
velo cubriente, levemente rasgado, olvidado;
Cabello rojo, suelto, salvaje;
Los hombres te temen, nosotros te conocemos.
Nosotros aquí y ahora te llamamos por tus verdaderos nombres:
Dicten uno cada uno, empieza el sacerdote con los nombres, y ella con los adjetivos:
La creadora
La dadora
La protectora
La que traga
La que recuerda
La destructoras
La que alimenta
La que porta el manto del olvido
La poseedora del Cielo
Al unísono dicen:
¿Quién puede erguirse ante ti?
Tú eres algo maravilloso, más blanca que la luz del alba
y más oscura que la noche sin Luna.
Álzanos, corónanos, muéstranos el camino.
¡O Gozo y Risa del Universo!
Ábrenos las puertas de tu exquisita capilla…
Más allá de las puertas de la noche y el día,
más allá de los límites del tiempo y el sentido,
de la palabra y el sonido…
Las siguientes frases las dicen uno cada uno, comenzando por el sacerdote:
La Tierra ya queda lejos, más entro provisto con mi Cuerpo.
Los vientos quedaron ya atrás, pero traspaso con mi Mente.
Las aguas quedaron bien abajo, mas penetro con mi Amor.
Los fuegos ya quedan fuera, pero franqueo el umbral con mi firme voluntad.
Lo siguiente lo dicen al unísono:
Baja de tu trono, Poderosa y Sabia Abuela.
Mueve tus ancianos huesos, ven a ver nuestra alegría por la vida,
así como por la muerte, de la cual tú eres su santo misterio.
Guíanos por los caminos que solamente conoce la serpiente.
Estrangula a nuestros enemigos y cercena sus cabezas.
Gloria a ti, Anciana de la noche de la Luna menguante.
Concédenos Sabiduría y Valor.
Déjanos ver tu cuerpo esbozado en las estrellas, Santa Madre.
Aparece horrible y gentil ante tus hijos, y otórganos el único lazo que puede unir la división: El Amor.
Tú que eres todo placer y púrpura.
¡O Gozo del Universo!
Nuestra alegría y nuestro éxtasis son para TI.
¡Todo a TI! ¡A TI!
Progenitora de Soles y Dioses. Hermana de caricias y placeres. Señora de vientos y mareas.
Abrázanos en la noche de la Luna creciente, o Grácil Hija.
¡O Risa y Llanto del Espacio Infinito!
Ángel de oscuras alas, Musa susurrante del velo.
Tú que apareces como la llave y la puerta al mismo tiempo.
Bendita Dama libranos, de la maldición de los apáticos y de las blasfemias de los ignorantes.
Bendita Hermana otórganos una de tus oscuras plumas, que como cuchillas cortarán los suspiros de los que han caído.
Muéstranos el camino que va más allá de las estrellas y al este del Sol.
Que recorre el hogar oscuro de las estrellas de la tierra negra,
A través de la cual se escuchan los ecos de tus susurros.
Cogen las copas y dicen a la vez:
Ahora llenamos nuestras venas con lo recogido en las copas,
que simbolizan tu sagrado Útero… La cuna del Caos…
Ahora compartimos tu fruto, que recorrerá nuestro ser.
Ahora saboreamos el néctar de tu éxtasis… que es la vida…
Dejan las copas y dicen al unísono:
Hemos cantado una canción de amor para ti.
Hemos encendido perfumes para ti.
Hemos bebido en tu honor, para compartir tu éxtasis.
Pero el éxtasis es nuestro, y nuestra es la alegría de la vida.
Conocemos la llama que arde en nuestro corazón,
el esplendor enroscado que se agita de placer con tu vino y nuestras risas danzarinas.
Ponemos bajo nuestros pies todos nuestros temores, todos nuestros remordimientos,
todas nuestras vacilaciones.
Caminaremos libres y jubilosos por el día y por la noche.
Y esta noche, tú podrás caminar orgullosa por nuestra tierra de sueños,
Y escribir nuestra historia con aros de humo, que en oro se convertirán
y que en forma de joyas lucirá en su colmillo el Señor de los Comienzos…
|