"INFINITA MATER"
Yo soy la que baila, y también la danza.
Tú eres quién pones la música.
Yo soy quien te susurra a través de la madriguera del conejo.
Soy la llama escarlata. Poder de la oscuridad.
Destruyo con la mirada. Mi picadura es mortal.
Soy la llama celeste. Mi cuerpo está esbozado en las estrellas.
Mis labios son de hielo y mi lengua quema tu frente.
Soy la raíz de todo lo que está por llegar.
Soy el fruto del pasado.
Mis ramas dan cobijo a todas las criaturas.
Y mi sombra refresca al peregrino.
Come de mis frutos para poder continuar con tu camino.
Primero el fruto de plata, después el de oro.
Para poder coger el fruto que se encuentra en mi cumbre, deberás de usar el arco.
Comparte la manzana.
Planta las semillas de mis frutos, que crezcan bosques para poder vestir mis fértiles caderas.
Entre mis caderas se haya la fuente de la materia y de las ideas.
Está oculta en una capilla.
Sus puertas están custodiadas por dioses con cabeza de pájaro y por dioses con cascos alados. Cuídate de sus palabras, ya que con ellas ves, y has de traspasar el umbral de las cuatro puertas con los ojos cerrados.
Engaña a los guardias disfrazándote de coyote, montando a un elefante, o con la ayuda de mi hija, la que vive la vida.
Para poder traspasar la primera puerta deberás de dejar atrás la tierra, pero debes de pasar con tu cuerpo. Esa es la primera llave.
Para pasar por la segunda puerta, abandona los suspirantes vientos, y entra con tu mente.
Para abrir la tercera puerta, deja bien atrás las aguas, pero no olvides tu amor.
Para pasar el último cierre, deberás de flanquear el umbral dejando apagada toda llama y guiarte con tu firme voluntad, nada más.
Entonces, habrás entrado a la capilla, la tramoya del espectáculo.
Los artistas se desmaquillan y desaparecen dejando sus trajes atrás.
No intentes comprender el mecanismo de todas esas poleas y palancas.
Las diseñé una noche de borrachera y ni yo recuerdo para que son la mayoría.
No tengas miedo, no gimas y llores al ver que nada es como te lo habían contado, ni siquiera como te lo habías imaginado. Si lo haces, los guardias vendrán a ti a persuadirte con sus palabras de que salgas, si te resistes a ellas, acabarás en alguna acolchada habitación, atendido por ángeles vestidos de blanco.
No… busca mi habitación, la que esta señalada con mi marca.
Allí te espero junto al fuego, lameré tus heridas, te contaré mi historia, secaré tu ropa y te daré de beber de mi elixir de vida y muerte.
Cuando hayas descansado, y antes de que tus heridas cicatricen del todo, saldrás, y descubrirás que hace tiempo que abandonaste mi capilla… ¿a caso fue todo un sueño?
Ahora te encuentras bajo mi cuerpo estrellado. Hónrame bajo todos mis nombres dados por los hombres. Ya que el que te susurré en mi alcoba lo habrás olvidado, pero queda escrito en tus cicatrices con una lengua incomprensible.
Hónrame con ritos y fiestas. Adórame con sufrimiento y con el éxtasis del gozo. Llámame con llantos y risas.
Vendré a ti como una grácil muchacha con negras alas.
Te concederé la libertad y los sueños.
Pero no llores de amor. A la musa no se la puede encadenar.
Vendré a ti como una señora de exquisitos trajes.
Te daré felicidad y amor.
Pero no podrás poseerme. Soy el Gozo del Universo y nunca estoy quieta.
Vendré a ti como una anciana horrible.
Te daré sabiduría y luz.
Pero no tengas miedo, aunque las verdades duelan, más me duelen a mi mis huesos.
Traza el círculo con cualquiera de las cinco materias.
Y llámame en los cinco sentidos. No tengo una dirección fija.
Llámame con al palabra secreta.
Te la daré cuando compartas de tu vino.
Yo bebo directamente de la fuente, y dejo la marca de mis labios.
No escondas mi marca, es la marca del éxtasis.
Mi éxtasis es el encuentro entre materia e ideas.
Lo encuentro en tu magia, en tus bailes, en tus sueños, en tu amor.
Todos los números son míos, pero tengo una tirada de dados favorita.
Está guardada en tus manos, la descubrirás con la victoria.
Esa tirada te guiará y saldrá al paso cuando andes por mi camino
Aunque no importa cuantas vueltas des, siempre estaré detrás.
Agudiza el ingenio y el odio, y llegaremos a un punto de encuentro, pero solo si no tienes miedo a saltar, por muy alto que hayas llegado.
Aunque también puedes intentar llegar a mí por el camino oculto que solo la serpiente y el escorpión conocen, y que se encuentra por debajo de los senderos.
Te espero con los brazos abiertos, Oh querido loco.
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